Como bien hemos dicho, los seres humanos necesitamos de los bienes y servicios para satisfacer nuestras necesidades y el valor que se les da a estos se puede explicar gracias a dos teorías, la teoría objetiva y subjetiva del valor.
La teoría objetiva del valor busca explicar el concepto del valor, más que nada como es que este funciona en una sociedad.
Para poder explicar de lo que se trata esta teoría, debemos definir lo que es una mercancía.
Una mercancía es un bien que se produce con el fin de intercambiarse y esta tiene dos características
fundamentales: El valor de uso y el valor de cambio.
El valor de cambio es la capacidad que esta mercancía tiene para intercambiarse y el valor de uso es la capacidad de un bien para satisfacer las necesidades humanas.
Ya definido esto, podemos decir, que en la teoría objetiva, se le da valor a la mercancía según un valor social, el cual estudia el valor desde el punto de vista de la producción total de la sociedad, por ejemplo, si un nuevo celular esta de moda en la sociedad y otro no, se les dará el valor de acuerdo a ello.
Esta teoría es objetiva, ya que reconoce la existencia objetiva de los procesos económicos de una colectividad, es decir, cuanto costo producir dicha mercancía, que procesos se llevaron, etc.
También es histórica, pues no pretende que el valor sea universal, ni para todo el tiempo.
Ejemplo: Si una cierta computadora tenía un precio muy alto en el pasado, no significa que en el presente tendrá el mismo precio.
Esta teoría no es subjetiva, ni mucho menos se le da valor a una mercancía dependiendo de criterios personales.
En la teoría subjetiva, se le da valor a los bienes y servicios según la utilidad o escasez que se le de o este tenga.
Pero, ¿Qué es la utilidad? La utilidad es concepto abstracto y de difícil medición, además de que esta relacionado con la escasez, pues dependiendo la cantidad que haya de un bien será la utilidad y así es como se determina el valor de un bien. En este caso la utilidad puede ser igual al valor.
Ejemplo, si una persona tiene muchos autos no le da tanto valor, sin embargo, la persona que no los tiene y busca una mejor manera de transportarse, le dará un mayor valor a un auto.
También, se le puede dar valor a un bien según criterios personales y/o sentimientos.
Por ejemplo, cuando una casa vale más para nosotros por el simple hecho de que crecimos ahí, aunque el valor objetivo que se le de no sea el mismo.
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